Memoria

La Oficina de Empleo del SCE y el SEPE es un edificio público de uso social y administrativo cuyo proyecto fue redactado durante el periodo de confinamiento que tuvo lugar durante la pandemia de COVID-19.

El edifico, conocido popularmente antes de ser reformado como los Juzgados de Telde, se ubica próximo al casco histórico del barrio de San Juan en el sureste de Gran Canaria. Nuestra intervención es el resultado de la remodelación integral del antiguo edificio, que recibimos en estado de abandono y tras acumular diversas intervenciones parciales nada exitosas.

Pese a la apariencia inicial de edificio histórico sustentado sobre gruesos muros de cantería tradicional, el análisis de la tipología estructural reveló en realidad la existencia de un sistema de pórticos de hormigón armado. La envolvente exterior, construida en fábrica de bloque enfoscado y pintado, exhibía la inquietante imagen del despojo al que supuestamente fue sometido el inmueble tras haberse retirado en algún momento de su desafortunada historia la práctica totalidad de las piezas de cantería aplicada que originalmente ornamentaban la fachada.

El proyecto, cuya fase de diseño es coincidente en el tiempo con la crisis del COVID-19, se vio indudablemente impregnado por las narrativas que dominaban por entonces nuestra vida cotidiana. Desde este proceso vital el objetivo final de la reforma fue desde el principio diseñar un espacio de trabajo saludable, sobrio y eficaz.

En la construcción de la idea edificio saludable se reclutan metáforas donde se integran principalmente los dominios edificio y sistema vivo. En este sentido, los distintos operadores del diseño siguen una estrategia conjunta que persigue aumentar los niveles de intercambio del edificio-sistema vivo con su entorno en dos niveles: energía e información. La intervención busca elevar los niveles de neguentropía, mecanismo a través del cual los sistemas vivos logran mantener o aumentar su organización y complejidad contrarrestando así la tendencia hacia el caos.

El inmueble original fue remodelado completamente con el objetivo de producir un espacio de trabajo saludable a través de un detalle constructivo de fachada técnico, práctico y de mantenimiento asequible. Este detalle da respuesta a una estrategia de gestión energética que consiste en la combinación de dos exigencias: máxima captación de la iluminación y la ventilación naturales y máxima regulación de la radiación solar no deseada. Se introducen tres elementos de protección pasiva: voladizos pronunciados y capas de aislamiento incorporado a la envolvente, que permiten a su vez grandes acristalamientos practicables con tecnología de control solar integrada. A todo ello se une un planteamiento de las instalaciones altamente eficiente, diseñado por la ingeniería encargada del proyecto.

Los voladizos se conciben como grandes espejos hacia la calle que cumple una doble función. Por un lado, intervienen en la regulación del intercambio energético edificio-entorno a través de la graduación de la radiación solar. Por otro lado, reflejan en colaboración con los acristalamientos, la imagen del cuerpo a medida que este activa dinámicamente el espacio exterior de la calle y el interior del inmueble. Este intercambio continuo de información conecta metafóricamente la presencia material del edificio y el uso al que está destinado.

Una oficina de empleo como un edificio al cual acudir para intercambiar información y contrarrestar la tendencia personal hacia el caos reduciendo los niveles de incertidumbre.

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