Casa de las Cuevas, Artenara

Ubicación
Barrio de las Cuevas, s/n
35350 Artenara

Año de terminación
2024
Superficie construida
106,00 m²

Arquitecto
Jaime González Rodríguez
Arquitecto
Jorge Castro Marrero
Aparejador
Pablo Centeno Fernández
Constructora
Construcciones Collalbo SL

Memoria

El proyecto se sitúa en el singular entorno de Artenara, uno de los núcleos más elevados y paisajísticamente potentes de la isla de Gran Canaria. La parcela presenta una acusada pendiente, que desciende hacia los barrancos característicos de la zona y ofrece unas vistas abiertas y espectaculares hacia las montañas del interior. Esta condición topográfica se convierte en una de las claves del planteamiento del proyecto, ya que no solo condiciona la implantación de la edificación, sino también su diálogo con el paisaje.

La orientación sur de la parcela permite aprovechar al máximo el soleamiento a lo largo del año, garantizando una excelente captación solar durante los meses fríos y una adecuada protección durante los meses cálidos. Al mismo tiempo, el risco situado al norte actúa como barrera natural frente a los vientos dominantes, generando un microclima especialmente favorable que mejora el confort térmico sin recurrir a sistemas activos. Estas condiciones naturales privilegiadas definen desde el inicio una estrategia bioclimática que busca maximizar los beneficios del entorno y reducir al mínimo la demanda energética de la vivienda.

A partir de estos condicionantes, el proyecto se desarrolla con un lenguaje contemporáneo que, lejos de imponer una imagen abstracta o descontextualizada, se esfuerza por integrarse de forma respetuosa en el paisaje rural del lugar. La solución arquitectónica combina materiales y sistemas constructivos actuales con una escala y una volumetría que remiten a la tradición local, estableciendo un equilibrio entre innovación técnica y continuidad cultural. La vivienda se concibe como un espacio de calma, recogimiento y desconexión, que establece una relación directa con el terreno y con la naturaleza circundante.

El programa responde a un encargo específico y personalizado: una vivienda unifamiliar permanente, adaptada a las necesidades del cliente y desarrollada en un solar que alberga una cueva existente. Lejos de considerar esta condición como una limitación, el proyecto la asume como una oportunidad para generar espacios singulares, tanto desde el punto de vista funcional como climático y emocional. Así, la propuesta organiza los espacios principales de la vivienda —salón, cocina y dormitorios— en torno a un patio interior que actúa como corazón del conjunto.

Este patio, de proporciones contenidas pero de gran importancia ambiental, permite la entrada de luz natural al interior de la vivienda, garantiza la ventilación cruzada y se convierte, además, en un espacio exterior de uso habitual durante los meses cálidos. Su ubicación y su diseño responden a criterios bioclimáticos, pero también al deseo de generar un lugar protegido, íntimo y polivalente que enriquezca la experiencia doméstica.

El baño, por su parte, se sitúa en una posición estratégica para aprovechar las vistas generadas por el risco adyacente. Desde la ducha, se busca ofrecer una perspectiva inusual, que refuerce la conexión con el entorno y transforme un gesto cotidiano en una vivencia singular. Esta atención al detalle, a la relación con el paisaje y a la calidad sensorial del espacio, está presente en todo el proyecto.

En cuanto a su ejecución, la vivienda se resuelve mediante un sistema constructivo industrializado, cuidadosamente seleccionado en función de las condiciones del emplazamiento y de las restricciones logísticas de la parcela. Dada la dificultad de acceso y la necesidad de reducir los tiempos de obra, se opta por una estructura ligera de acero galvanizado tipo Light Steel Framing. Este sistema permite una construcción en seco, de alta precisión y bajo impacto ambiental, además de ofrecer buenas prestaciones térmicas y acústicas.

La envolvente se resuelve mediante paneles con aislamiento térmico continuo en el exterior de la estructura, lo que permite minimizar los puentes térmicos y asegurar una envolvente altamente eficiente desde el punto de vista energético. Esta solución, junto con la orientación y la ventilación natural, permite mantener unas condiciones interiores de confort térmico estables y agradables durante todo el año, reduciendo al mínimo la necesidad de climatización mecánica.

Además, se incorporan soluciones específicas para garantizar la salubridad del ambiente interior, como la ventilación de la cueva y de la cámara sanitaria mediante una solera ventilada. Estas estrategias constructivas buscan prevenir la acumulación de gases como el radón, especialmente relevantes en terrenos naturales de origen volcánico, y mejorar la calidad del aire interior a largo plazo.

En conjunto, el proyecto desarrolla una arquitectura sobria, precisa y adaptada al lugar, que parte de una lectura sensible del entorno y se materializa mediante soluciones técnicas eficientes y respetuosas. La vivienda no solo responde a las necesidades actuales del cliente, sino que establece un marco habitable flexible, saludable y en estrecho vínculo con el paisaje que la acoge.

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