Memoria

El proyecto aborda la reforma integral y ampliación de una vivienda unifamiliar entre medianeras, originalmente de dos plantas, ubicada en el histórico barrio de Vegueta, dentro del tejido compacto del núcleo urbano. El inmueble preexistente, de escaso valor arquitectónico, presentaba una planta estrecha y alargada, con fachadas frontal y posterior muy distanciadas entre sí. Esta configuración generaba un grave déficit de luz natural en las crujías centrales, únicamente aliviado por la existencia de tres patios interiores resueltos mediante cerramientos opacos y pequeñas aperturas.

El esquema original se organizaba en torno a un núcleo de escaleras cerrado, que conectaba verticalmente ambas plantas, compartimentadas en exceso mediante divisiones físicas, pasillos y distribuidores. Esta compartimentación obstaculizaba tanto la comunicación visual como la permeabilidad lumínica, generando recorridos largos y espacios desvinculados entre sí.

Como elemento significativo, cabe destacar la existencia de un espacio libre en la parte posterior, a modo de patio interior de manzana, al que se orientaba tímidamente la vivienda mediante una fachada trasera. Este espacio, completamente degradado y sin acondicionar antes de la intervención, carecía de valor funcional o estético.

El objetivo fundamental del proyecto fue recuperar la luz, el aire y la continuidad espacial, transformando la vivienda en un organismo abierto y fluido. Para ello, se propuso la creación de una doble altura mediante la demolición parcial del forjado del techo de planta baja, conectando visualmente ambos niveles y estableciendo un nuevo eje de relación entre el interior y el patio posterior. Esta operación permitió volcar la vivienda hacia el exterior privativo, maximizando la entrada de luz natural y redefiniendo la percepción espacial del conjunto.

El patio posterior, antes residual, se convierte en uno de los protagonistas del proyecto gracias a una intervención de acondicionamiento integral que incluye la implantación de una piscina y un tratamiento paisajístico diferenciado por zonas. Así, lo que antes era un vacío inerte pasa a actuar como un oasis interior, ofreciendo una experiencia de bienestar y esparcimiento más propia de una vivienda unifamiliar aislada que de una casa entre medianeras en pleno casco urbano.

La nueva escalera, integrada cuidadosamente en el esquema espacial, articula los tres niveles resultantes y se complementa con el acristalamiento integral de los patios interiores. Esta estrategia potencia la comunicación visual transversal y permite que la luz natural bañe de forma generosa cada rincón de la vivienda, revelando una arquitectura que respira, se abre y se deja habitar desde la claridad y la conexión con su entorno más inmediato.

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