Comedor del CEIP Veinte de Enero en Arinaga, Agüimes

Ubicación
C. Luis Velasco, 83
35118 Agüimes

Año de terminación
2023
Superficie construida
616,91 m²

Estudio
Oficina Técnica del Ayuntamiento de Agüimes
Arquitecto proyecto
Manuel Méndez Bordón
Arquitecto obra
Alfredo Martín Toledo
Arquitecta estructuras
Cristina Plasencia Fernández
Aparejadora
Ana Belén Martínez Casado
Supervisión municipal
Francisco S. Estévez Rivero
Ingeniero instalaciones proyecto
Yone F. Díaz Pérez
Ingeniero instalaciones obra
Ivan Lorenzo Ramírez Mendoza
Fotografo
David Rodríguez Benítez
Promotores
Gobierno de Canarias y Ayuntamiento de Agüimes
Constructor
Taller de Construcción TMR, SA

Memoria

El programa de necesidades que fundamentaba la actuación era muy preciso, un comedor para un colegio, debiendo considerar de manera complementaria una cocina anexa al mismo.

El CEIP Veinte de Enero es el único centro escolar de educación infantil y primaria en el núcleo urbano de Arinaga y su configuración espacial se ha conformado mediante sucesivas ampliaciones y modificaciones. Aunque el uso educativo ya estaba implantado en esta parcela desde los años 70 del siglo pasado, resulta reseñable la gran ampliación desarrollada en el año 1996 mediante la cual se conformó la estructura esencial del actual centro educativo. También es de especial relevancia la reciente ampliación de cuatro aulas proyectada en 2014 ya que dicha actuación será la que condicione de manera fundamental el nodo de conexión de la nueva intervención con el edificio existente, las alineaciones de la nueva propuesta, alturas sobre la rasante, etc.

La intervención consiste en una nueva ampliación del edificio preexistente que permite dar respuesta a la demanda de la comunidad educativa, especialmente de los padres y madres del alumnado de este centro, ya que no contaba con espacio de comedor.

Tras el análisis de las condiciones de la preexistencia (conjunto edificado y espacios exteriores adscritos, lo lleno y lo vacío) con objeto de buscar la mejor implantación para este uso en el recinto, se detectan una serie de necesidades que van más allá de la falta de esta función. La ocupación del edificio es total, siendo manifiesta la falta de espacios.

Con un número de alumnos superior a los 500 y una superficie de espacios libres o de recreo limitados, este centro cuenta con una ratio de espacio libre por alumno muy ajustada. Se observa también que estos espacios de recreo presentan problemas de accesibilidad y conectividad entre las diferentes zonas de juego y en especial se observa que no cuentan con suficientes espacios de sombra. Por otro lado, el centro carece de un lugar de referencia amplio con capacidad multifuncional.

Como respuesta a este conjunto de problemas la nueva intervención se eleva sobre el patio de recreo generando un soportal que conforma un corredor cubierto desde el nuevo acceso principal del colegio proyectado desde la Plaza de Nuestra Señora del Pino. Complementariamente se crea para los usuarios un ámbito abierto pero protegido, del sol, de la lluvia…

El conjunto está formado por dos volúmenes diferenciados que se enlazan uno con el otro a través de una pequeña pasarela. El volumen principal, un paralelepípedo rectangular de 36,65 metros de largo, 12,80 metros de ancho y aproximadamente 5 metros de alto, se eleva sobre el patio de recreo, sostenido por dos franjas de pilares apantallados, atravesándolo transversalmente. Alberga los usos fundamentales del programa, una cocina y un comedor. La relación entre espacio servidor y espacio servido atiende a criterios netamente funcionales y se pone de manifiesto incluso de manera gráfica una clara proporción de 1:3 y 2:3 respectivamente.

El volumen secundario, más pequeño y ubicado al noroeste, es una pieza de servicio que se inserta en la estructura del edificio existente, conformando una rótula que articula la conexión entre la nueva intervención y la preexistencia.

El espacio construido y cerrado se desarrolla mayoritariamente en esta única planta elevada, como excepción sólo cabe señalar la ocupación en planta baja de un pequeño espacio, bajo el extremo sureste del volumen principal, que acoge la comunicación vertical para el acceso del personal y el suministro de lo necesario para el funcionamiento del comedor.

La necesidad de cimentar la propuesta se convierte en oportunidad para actuar también en el espacio exterior. Se reordena el patio de recreo, se subsanan las deficiencias en materia de accesibilidad y se simplifica la estructura del espacio, los tres niveles originales se reducen a dos, articulados por una pequeña grada que se alinea con la franja de pilares ubicada al sur.

En contraste con la homogeneidad visual del hormigón visto, que supone la mayor parte de la materialidad del edificio se establece una segunda piel para las fachadas norte y sur conformada por lamas de aluminio lacado en colores. Estas lamas se disponen en una escala cromática de 12 notas que dota al edificio de una identidad singular y coherente con su función pedagógica y social.

La vibración que genera esta piel se traslada al interior a través de los falsos techos, que quedan enrasados con la cara inferior de las vigas de canto que permiten salvar la luz entre ambas franjas de pilares. Este esfuerzo estructural conjuntamente con el mobiliario elegido abre la posibilidad a que el espacio de comedor, al tratarse de una superficie completamente diáfana de 21,25 x 10,20 m, pueda resultar útil como un eventual espacio multifuncional que pueda satisfacer otras necesidades de uso del propio centro escolar.

Hacia la Plaza de Nuestra Señora del Pino, una fachada ciega de hormigón texturizado albergando únicamente accesos al centro, convirtiéndose en la entrada principal una oquedad troquelada y condicionada por el desarrollo de la losa de escalera que conforma el umbral de acceso.

Ubicación: