35109 San Bartolomé de Tirajana
Memoria
‘Ocultar y descubrir’, Vivienda unifamiliar en Monte León.
El proyecto de esta vivienda unifamiliar se desarrolla en una de las parcelas más remotas de Monte León, en el sur de Gran Canaria. La vivienda se encuentra a una altitud aproximada de 570 metros sobre el nivel del mar en una parcela de 1.500 metros cuadrados de superficie. La parcela contacta con el viario público en su parte más estrecha y se “abre” como un abanico hacia el acantilado, planteando en esta orientación (suroeste), el mayor frente de parcela. El terreno original se desarrollaba con pendientes moderadas, siendo la cota superior la que está en contacto con la calle y la inferior la que termina al borde del acantilado.
El programa de necesidades del cliente planteaba un objetivo primordial que consistía en generar “dos viviendas” en la parcela. Una vivienda principal y otra para invitados. Por otro lado, la pendiente de la parcela permitía, por normativa, “separar” el volumen del garaje del volumen de la vivienda para poder disponer el garaje en contacto con la calle. La idea de tener tres volúmenes diferentes en la parcela no nos parecía adecuada ya que “fragmentaba” el espacio libre en espacios más pequeños con poco soleamiento. La propuesta simplifica esto último unificando la vivienda principal y la de invitados en un solo volumen de planta rectangular de aproximadamente 40 metros lineales por 7 metros de ancho que se desarrolla paralelo a la línea del acantilado con la fachada principal orientada al suroeste. Un patio circular separa ambas viviendas (en realidad dos casas en una) y ejerce de espacio de acceso a las mismas. El volumen del garaje se desarrolla en paralelo al volumen principal, pero en la cota superior, a nivel de la calle.
La configuración final de los dos volúmenes dio como resultado una distribución final en tres niveles: Nivel de calle o garaje, nivel de planta principal – jardín y el nivel inferior de solárium abierto hacia el acantilado.
Otra decisión importante de proyecto fue la propuesta de “llevar” el volumen de la vivienda lo más cerca posible del borde del acantilado, creando así el generoso jardín entre el garaje y la vivienda y propiciando que en el interior de la casa se tuviera la sensación de estar suspendido sobre el acantilado.
Finalmente, el proyecto se configura como un ejercicio de descubrimiento progresivo de la propuesta a través del tránsito de lo más público a los más privado, hasta terminar “descubriendo” la impactante vista del acantilado cuando accedes a la vivienda.
Desde el nivel de calle, la vivienda está “oculta”, solo percibes la pérgola pesada suspendida que conforma el garaje abierto y bordeado por una celosía que permite el paso tamizado del viento. Por unas escaleras flanqueadas por las celosías de piezas de hormigón, llegas al nivel del jardín, “descubres” el gran espacio abierto del jardín para acto seguido volver a adentrarte en un espacio más pequeño constituido por el patio circular. Finalmente, accedes a una de las viviendas y vuelve el espacio a abrirse a la enormidad del paisaje de los acantilados y el mar de fondo.
Un recorrido orquestado por el ejercicio de “ocultar y descubrir”.
Ubicación: